Año 1999
Estas pinturas son más bien surrealistas que abstractas, sin embargo
las incluyo en este apartado porque han constituido mi camino hacia la
abstracción.
PINTANDO COMO AMANDO
Siendo el amor la base de los placeres espirituales, voy en relación a
ello a pintar como amando, a lo cual me adentro en estas obras por medio
de un surrealismo expresionista (por clasificarlo de algún modo para
facilitar nuestro entendimiento). Porque en realidad no se trata de
surrealismo, sino de un modo de pintar en donde se pueda actuar con la
imaginación desde mayor profundidad, con más delicadeza y veracidad, o
sea, de una forma más sutil y compleja de la imaginación. No trabajando
desde el subconsciente, sino desde algo inapreciable que va en él envuelto,
como en los sueños que nos cuentan historias en las cuales nos enseñan
algo que nos sorprende por hallarse más allá de nuestro propio
conocimiento.
Trabajando no con la intencionalidad al descubierto, pero no sin ella;
desde ésta, no desde su apariencia. Sin esforzarse por mostrar, siendo desde
el fondo sin desfondar. Hacia ese que está ahí, llegando al ser.
Por otra parte, esta pintura, aunque no es trabajada tan despacio
como se pintaba antes del arte impresionista, no se puede desarrollar de
modo demasiado veloz porque debe de contener la sustancia.